5 prácticas de la educación pública de Nueva York que vale la pena repasar

Las buenas prácticas, en cualquier ámbito, pueden ser inspiradoras. A menudo, estas pueden orientar nuestros esfuerzos hacia la búsqueda de recursos y herramientas que agreguen valor a nuestro trabajo. El campo de la educación no es la excepción. Hay, sin duda, en ese ámbito, prácticas cuyos resultados son palpables. Desde Las Mañanas de Escuela hemos estado revisando buenas prácticas de varios sistemas educativos y hemos seleccionado cinco de la educación pública neoyorquina que nos parecen relevantes. A continuación, un recuento de estas:

1. Estrecha comunicación con las familias:

Cualquier sistema educativo puede predicar que la comunicación con las familias de los estudiantes es vital, pero no todos los sistemas generan soluciones para asegurar que ese proceso comunicativo se desarrolle eficazmente. Lograr que así sea requiere, en primer lugar, idear soluciones contextualizadas y, en segundo lugar, desplegar recursos para la puesta en marcha de un ecosistema de comunicación de doble vía, fluido y cuyos resultados sean medibles. En este ámbito de la comunicación, el sistema neoyorquino despliega grandes esfuerzos, desde boletines que salen directamente de la oficina del canciller, a través de los cuales se ofrece un recuento de actividades e iniciativas que dan cuenta de las prioridades del sistema educativo, hasta un conjunto de aplicaciones y plataformas tecnológicas a través de las cuales se envían actualizaciones informativas y comunicados a los padres.

Este sistema de comunicación cubre prácticamente todos los canales y formatos: comunicaciones clásicas impresas que se envían a través del correo tradicional, portales digitales, comunicación telefónica, correos electrónicos masivos y dirigidos, plataformas tecnológicas que cada día afinan su funcionalidad para adaptarse mejor a las necesidades de los usuarios y medios de difusión con opciones de suscripción, tanto del Departamento de Educación como de las propias escuelas. Prácticamente, ningún servicio o recurso educativo ha sido ideado al margen de su propio sistema de comunicación. Por ejemplo, si una familia recibe el servicio de autobús escolar, podrá monitorear su actividad en tiempo real a través de una aplicación que está conectada con el registro de estudiantes de la cuenta de los padres. A través de la aplicación, podrás saber si el autobús se encuentra retrasado, si cambió de ruta o cualquier otro detalle relacionado.

En conclusión, se dispone de un sistema de comunicación robusto que ha sido ideado para brindar información a través de múltiples canales y en diversos formatos, lo cual permite que las familias puedan elegir opciones informativas de acuerdo a sus circunstancias y necesidades particulares, garantizando así una interacción continua entre los diferentes actores del proceso educativo.

2. Socialización del currículo de cada asignatura o ciclo formativo con los padres al inicio del año escolar:

Que el profesor de cada una de las asignaturas se reúna con los padres del grado para explicar el currículo de la asignatura a profundidad, con detalles y ejemplos, dimensiona las posibilidades de aprendizaje, tanto para los niños como para sus padres. No es lo mismo suponer lo que tus hijos aprenden en cada asignatura, que acudir a una jornada de socialización donde te lo explican de una forma didáctica. Despertar el interés de los padres en el currículo de las asignaturas que cursan sus hijos es una estrategia inteligente porque genera empatía por parte de estos hacia sus hijos e interés en el proceso educativo que estos llevan. Además, esta práctica anticipa para los padres los recursos que sus hijos puedan necesitar para cumplir con sus compromisos académicos.

Recientemente, tuve la oportunidad de socializar con padres que luego de conocer el currículo de cada asignatura se sintieron más conectados con sus hijos y sus necesidades e intereses. Incluso, ellos mismos mostraron curiosidad por profundizar más en los contenidos de las asignaturas. Sin duda, esta es una forma de dejar abierta la conversación académica entre padres e hijos. Una conversación que puede ampliarse en la medida que la escuela implemente estrategias complementarias.

3. Información oportuna sobre las actividades de aprendizaje que los niños realizarán cada mes con sugerencias sobre cómo los padres pueden apoyar en casa:

Si bien la socialización del currículo de cada asignatura al inicio del año escolar deja abierta la conversación académica entre padres e hijos, la práctica de enviar una comunicación al inicio de cada mes, informando sobre lo que estarán aprendiendo los niños y a través de cuáles actividades lo estarán aprendiendo, contribuye a mantener esa conversación académica vigente y a los padres interesados en el proceso de aprendizaje de sus hijos. Esta práctica tiene, además, la ventaja de hacer sentir a los padres como verdaderos “socios” del proceso educativo.

Un elemento para destacar de esta práctica es que, también incluye consejos y sugerencias sobre actividades que los padres pueden realizar en la casa para apoyar el aprendizaje de sus hijos en esas dimensiones curriculares y, generalmente, llega acompañada del calendario del mes, lo cual proporciona a los padres una guía de seguimiento de las competencias que sus hijos están desarrollando y de las fechas clave de la escuela.

4. Un sistema de evaluación previamente informado:

No hay que ser un experto en pedagogía para saber que la evaluación condiciona, en gran medida, el proceso educativo; es decir, constituye una de las variables más importantes porque arroja información sobre el nivel de aprendizaje que van obteniendo los estudiantes y sobre la competencia y eficiencia de los profesores para enseñarles. Es por eso que, la información que se brinda a las familias sobre el sistema de evaluación es determinante para que estas puedan realizar un seguimiento oportuno del rendimiento académico de los estudiantes.

Recibir los criterios de evaluación, las rubricas y demás instrumentos con que serán evaluados los niños en las diferentes asignaturas es una forma de compartir con los padres las metas de aprendizaje y anticiparlos acerca de hacia dónde se dirigen los esfuerzos académicos.

5. Lazos de interacción entre la escuela y la comunidad más allá de la docencia:

Muchas escuelas alrededor del mundo ya exhiben fuertes vínculos con su comunidad, los cuales han construido a través de prácticas sostenidas de interacción significativa. No hay una única fórmula que funcione para esto, pero hay un elemento en común en las que lo han logrado: han trascendido la docencia y se han convertido en un centro de aprendizaje y apoyo no solo para los estudiantes sino también para las familias. Cuando decimos que la escuela debe latir en el corazón de la comunidad, nos referimos a que esta se convierta en un espacio de referencia cultural, convivencia familiar y sana interacción social.

Algunas de las actividades a través de las cuales el sistema educativo neoyorquino fomenta esa interacción es la realización de talleres formativos para los padres en áreas de su interés durante todo el año académico, la organización de noches de películas familiares, la realización de presentaciones artísticas y otras actividades de entretenimiento; así como también, al solidarizarse con situaciones que hacen vulnerable a la comunidad y con los acontecimientos de interés colectivo de esta. Estimular el interés de la comunidad por el quehacer de la escuela enriquece el proceso educativo.

Esperamos que estas prácticas puedan resultar inspiradoras y, en el mejor de los casos, útiles para los padres, profesores y directivos académicos. Desde Las Mañanas de Escuela seguiremos compartiendo buenas prácticas que nos parezcan relevantes para enriquecer la educación de nuestros niños y jóvenes.

¡Hasta la próxima entrega!

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Niris Caba – Periodista, editora, profesora especializada en pedagogía y gestión universitaria y consultora de comunicación.

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